Para toda la juventud, la revolución que se desarrolla en Túnez desde hace siete meses suena como un llamamiento a luchar por su propio futuro, ya que en todos los países se enfrenta a los mismos problemas.
Los jóvenes se levantaron, salieron a la calle con los trabajadores y los campesinos porque ya no podían aguantar el paro, el alza del coste de la vida, las humillaciones policiales de una dictadura sometida al FMI y a la Unión Europea.
Para vencer, la juventud ha unido su lucha a la de los trabajadores y su central sindical, la UGTT, que ha estructurado los comités de defensa de la revolución y las huelgas por las reivindicaciones sociales y políticas. La revolución ha roto la dictadura pero aún no ha logrado sus reivindicaciones fundamentales: “queremos agua, queremos pan”.
Aunque la revolución haya obligado a convocar una Asamblea Constituyente para derrocar definitivamente el régimen y elegir un gobierno al servicio de trabajadores y de la juventud, el gobierno de Caid Essebsi, llamado de “transición democrática”, ha decidido posponer su celebración. En realidad quiere transformarla en unas elecciones legislativas para preservar el régimen.
En Túnez, revolución y contrarrevolución se enfrentan, la revolución choca con provocadores de todo tipo, ex miembros del RCD, partido de Ben Alí.
Mediante la intervención en la vecina Libia, el imperialismo intenta recuperar el control de la situación, especialmente para sofocar la revolución en Túnez y amenazar a todos los pueblos de la región. ¡Abajo la guerra!
¿Acaso esos problemas sólo los tienen los jóvenes tunecinos?
En todas partes los jóvenes están en el centro de los levantamientos contra las consecuencias de los planes de austeridad del FMI, la Unión Europea y el Banco Mundial. “Queremos agua, queremos pan”, es una reivindicación mundial de la juventud y de los pueblos. Porque el régimen capitalista ataca el derecho a la vida.
En España, los jóvenes salen a la calle desde hace más de un mes rechazando la sumisión del Gobierno a las órdenes de las instituciones internacionales, como el FMI, instrumento de la oligarquía capitalista.
En Grecia, los jóvenes están en la calle con los trabajadores contra sucesivos planes que han puesto al país en venta.
En Francia, la juventud se unió a la clase obrera con huelgas y manifestaciones durante cuatro meses, contra la reforma de las pensiones que atrasa la edad de jubilación y disminuye de esta forma las oportunidades de los jóvenes de encontrar empleo. Ahora lucha en defensa de las titulaciones nacionales, amenazadas por la política de fusión de facultades impuesta por el Gobierno.
En los Estados Unidos, junto a los trabajadores, los jóvenes ocuparon el Parlamento del estado de Wiscon sin contra recortes presupuestarios y medidas antisindicales.
En Alemania, ha habido manifestaciones contra los másteres que aplican Bolonia.
En Argelia, las protestas estudiantiles se han intensificado este año de la generalización del sistema LMD (Licencia, máster, doctorado, o sea el proceso de Bolonia). Los estudiantes se han organizado en comités independientes para defender el valor de sus titulaciones. El 12 de abril, miles de estudiantes marcharon sobre la capital con el lema “¡No toquéis nuestros títulos!”. A raíz de estas" protestas, los estudiantes de Farmacia y de Odontología han logrado conservar su titulación (doctorado). Ante el desempleo y la precariedad laboral, los jóvenes irrumpen cada día en las oficinas de empleo y en las instituciones locales (vilayato o provincia, ayuntamiento). En el vilayato de Bona, 7.000 jóvenes en paro se manifestaron exigiendo un verdadero trabajo y pasar a fijos ya.
En el Brasil, a principios de este año, miles de jóvenes salieron a las calles de las principales ciudades para luchar contra el aumento de tarifas del transporte público que afecta directamente al acceso a la educación.
En Chile, cientos de miles de estudiantes, junto con los profesores, siguen manifestándose en defensa de la educación pública, exigiendo más fondos para la educación, y educación gratuita.
Todos esos planes contra los que se levanta la juventud
¿No son consecuencia de la descomposición del sistema capitalista?
La crisis capitalista de 2008-2009 ha hundido a millones de personas en la miseria y destruido miles de puestos de trabajo. Los gobiernos de todo color político han dado billones de dólares para rescatar bancos y empresas en quiebra.
Para que paguemos el coste de la crisis, el FMI, la UE, el Banco Mundial exigen privatizar más, recortes presupuestarios, destruir servicios públicos, precarizar, destruir los sistemas educativos, abolir las legislaciones laborales.
Así se desvía el dinero para pagar la deuda y garantizar las ganancias de los especuladores. Y para ello exigen que todos los partidos y organizaciones acepten sus planes de ajuste.
Víctimas de un paro endémico, cientos de miles de jóvenes buscan desesperadamente una salida y se ven obligados a emigrar a otros países. Pero en los propios países imperialistas, antes considerados como El Dora do, donde los jóvenes trabajadores pensaban que podían al menos encontrar un trabajo, aunque fuese precario y clandestino, también se aplican los mismos planes de ajuste estructural que condenan la juventud al paro.
La juventud de todo el mundo afronta la descomposición: la guerra, las drogas. Estamos asistiendo a una marcha hacia la barbarie: la guerra, la destrucción de las conquistas, de las leyes laborales, de los estatutos de personal, de los convenios colectivos, de los derechos de los trabajadores, en definitiva, la degradación y la destrucción de la clase obrera, principal fuerza productiva de la sociedad. Y la juventud está en primera línea de estos ataques.
Hay quienes aceptan el capitalismo, ¡nosotros no!
"En nuestros países, algunos nos dicen que el capitalismo es el horizonte histórico y social insuperable, que no hay salida fuera del capitalismo."
En España, Grecia y Portugal, los planes elaborados por el FMI, la UE y el BM, los aplican directamente los partidos “socialistas” en el gobierno (Zapatero, Papandreu, Sócrates).
En Francia, la izquierda, y algunos altos dirigentes sindicales abogan por la “necesidad de reducir el déficit público”. También piden –incluida la extrema izquierda– a la Unión Europea que ayude a la “transición democrática” en Túnez."
En España, las cúpulas del movimiento obrero han apoyado las “reformas”. Abren la puerta a todos los que tratan de separar a los jóvenes de los demás trabajadores, para impedir así que ex presen sus reivindicaciones y llevarles a la vía muerta de la gobernanza, el consenso y los “anti partidos”, de los “ni-ni” (ni partido ni sindicato). A pesar de todo, la juventud sigue buscando el camino de la movilización general con el fin de parar las agresiones y barrer las contrarreformas del Gobierno."
En Alemania, partidos que se llaman de izquierda, como la socialdemocracia, están por modificar “la reforma del plan de Bolonia” pero no por derogarla. Ninguno de ellos se opone al Mecanismo Europeo de Estabilización Financiera (MES), que garantiza el pago de la deuda a los bancos, al que el presupuesto público de Alemania debe contribuir con unos 190 millones de euros.
En el Brasil, las organizaciones llamadas “de izquierda” y el líder del grupo parlamentario del PT, Paulo Teixeira, se dan la mano con los ex presidentes del Brasil (FHC) y de los Estados Unidos (Clinton) para defender la liberalización de la droga, instrumento del imperialismo para destruir a la juventud.
En todas partes, el imperialismo intenta canalizar la voluntad de la juventud, su entusiasmo, su valor, su espíritu de sacrificio hacia todo tipo de “actividades”, predicando la falsa idea de que es posible “humanizar” el capitalismo o adaptarlo con nuevas formas políticas (democracia participativa, referendos, etc.).
Ofrece medios políticos, de comunicación, económicos, a los que, con un discurso supuestamente “radical” y de “izquierdas”, se disponen a cortar los lazos entre la juventud y la clase trabajadora para así alinearla con los que quieren destruirla.
¡No lo aceptamos!
¡La lucha de la juventud es la lucha de la clase obrera¡
Estamos por la unidad de la clase obrera para imponer sus reivindicaciones!
Y como no aceptamos la barbarie capitalista,
los jóvenes tenemos que organizarnos
En la Conferencia Mundial Abierta contra la guerra y la explotación que se celebró en Argel (en noviembre de 2010) a iniciativa del Acuerdo Internacional de los Trabajadores y de los Pueblos, participaron jóvenes de 17 países junto a cientos de trabajadores.
Una reunión de los jóvenes presentes decidió publicar un Boletín Internacional Juvenil (del que ya se han publicado tres números) y designó un comité de redacción. En continuidad con esta iniciativa, nosotros, jóvenes de ocho países que construimos nuestras organizaciones y organizamos la distribución de este boletín, decidimos estrechar nuestros lazos.
Llamamos de nuevo a toda la juventud a discutir su contenido y seguir publicándolo.
Proponemos hacer reuniones sobre cuestiones que interesen a la juventud utilizando el Boletín Internacional, con participación de jóvenes de diferentes países, para discutir sobre la lucha de la juventud y de los trabajadores y las formas organizativas que ayudan a desarrollar nuestro combate.
¡No aceptamos la guerra!
¡No aceptamos la explotación!
¡No aceptamos el paro!
¡No aceptamos la droga!
¡No aceptamos que destruyan los títulos y los convenios colectivos!
¡Verdaderas titulaciones, y un trabajo de verdad con un salario de verdad!
¡Organicémonos para garantizar nuestro futuro!
04 de julio de 2011
Organización de Jóvenes por la Revolución (OJR, Argelia) - Jóvenes de Socialist Organizer (Estados Unidos) – Juventud Revolución (JR-IRJ, Brasil) - Alianza de Jóvenes Revolucionarios (AJR, Francia) – Comités por la Organización Revolucionaria de la Juventud (ORJ, España) – Left Radicals of Afghanistan - Movimiento de Jóvenes Revolucionarios (Rumania) – Jóvenes revolucionarios de Suiza y de Alemania.
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