El abogado no nace de la Universidad, nace de la Práctica, personalmente enfatizo que faltan muchas sentencias para hacerme perder el juicio, felicidades a quienes con vocación, empeño y esfuerzo realizados día a día, buscan llevar justicia a todos los rincones del país, este jueves 3 de febrero se celebra a nivel internacional el Día del Abogado, fecha en la que se rinde homenaje a las y los profesionales en materia jurídica, que tuvo su puntapié inicial en la antigua Grecia.
Fue hasta la Antigua Roma con el emperador Claudio que se oficializó la abogacía como una profesión en la que únicamente los hombres podían ejercer, las mujeres lo tenían totalmente prohibido.
La abogacía se remonta a la Antigua Grecia, periodo en el que se dieron a conocer los primeros oradores que se reunían en plazas públicas para organizar diálogos referentes a la política y la sociedad, sin embargo, estas exposiciones estaban prohibidas ya que la Ley decía que los ciudadanos "no podían opinar temas que eran decisión de los reyes". Al pasar los años las prácticas fueron evolucionando y adaptándose a las nuevas sociedades, creencias e ideologías, por ejemplo con la llegada del cristianismo ninguna persona católica podía adoptar estas prácticas o tener relación alguna con la abogacía.
Un abogado es una persona que se encarga de defender jurídicamente a otra en un juicio teniendo en cuenta los intereses del cliente. Se compromete a prestar diligentemente y con eficacia sus servicios profesionales.
Con otras palabras, ¿qué es un abogado? Es una persona formada en derecho por una carrera universitaria y preparado para poder defender en todos los ámbitos jurídicos a una persona que requiera sus servicios.
El abogado está preparado para defender en las jurisdicciones sociales, administrativas, penales, civiles y mercantiles, etc. aunque puede especializarse en una sola y ser experto en dicha jurisdicción. Además, también puede asesorar en diferentes ámbitos a su cliente sin llegar a una defensa técnica en juicio, a la vez que participar en acuerdos extrajudiciales que quiere alcanzar su cliente.
Los abogados tenemos algunas características principales: 1.- Disponer de un abogado es un derecho de todas las personas, ya que todas tienen derecho a ser defendidas en juicio a través de asistencia letrada. 2.- Disponer de un abogado es una garantía de un juicio justo y sin arbitrariedades, ya que siempre mirará por los intereses de su cliente. 3.- El abogado tiene un deber de confidencialidad con su cliente.
En el proceso para tener abogado cuando una persona se tiene que enfrentar a un juicio existen tres formas de contratar sus servicios: 1.- Por el turno de oficio: Algunas personas no querrán contratar abogado por lo que se acude al turno de oficio, donde se le designará un abogado ya que es obligatorio que tenga defensa jurídica. Cobrarán sus respectivos honorarios. 2.- Justicia gratuita: Los abogados son profesionales que deben recibir su respectivo salario conforme realiza su trabajo, lo que nos lleva a que ciertas personas no dispongan de recursos para hacer frente a los gastos de una defensa jurídica como la del abogado y para ellos existe esta figura, donde obtienen un abogado sin tener que costearle ya que no cumplen con niveles mínimos de renta. Con esta figura de la justicia gratuita se garantiza el derecho a la asistencia letrada y el juicio justo, ya que, si no fuera así, se dejaría a las personas con menos recursos a la deriva y sabiendo que no tendrían oportunidad de defensa en un juicio. 3.- Libre mercado o libre designación: Toda persona puede elegir a cualquier abogado, siempre y cuando este acepte el caso y el cliente acepte hacerse cargo de los honorarios demandados por el abogado. Así se podrá elegir libremente al profesional que otorgue más confianza al cliente. Nunca se podrá pactar el hecho de no cobrar por parte del abogado si pierde el juicio ya que sus servicios son de “medios” y no de “resultados”.
Es necesario, mencionar a Eduardo Juan Couture Etcheverry, que la edad de 45 años, el gran jurista uruguayo, impartió una conferencia en el Colegio de Abogados de Buenos Aires, reproducida en el Boletín del mismo de 1949. Tiene como génesis un esbozo publicado en la Revista de Derecho Procesal de 1948, de donde nace una pequeña obra jurídica de enorme contenido ético, quizá de los más famosos textos de la literatura en la materia, Los mandamientos del abogado, mejor conocido como El decálogo del abogado. Donde desarrolla diez "mandamientos" que debe cumplir un abogado en el ejercicio de su profesión:
Estudia: el derecho se transforma constantemente. Si no sigues sus pasos, serás cada día un poco menos abogado.
Piensa: el derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando.
Trabaja: la abogacía es una ardua fatiga puesta al servicio de las causas justas.
Lucha: tu deber es luchar por el derecho; pero el día en que encuentres en conflicto el derecho con la justicia, lucha por la justicia.
Sé leal: leal con tu cliente, al que no debes abandonar hasta que comprendas que es indigno de ti. Leal para con el adversario, aun cuando él sea desleal contigo. Leal para con el juez, que ignora los hechos y debe confiar en lo que tú dices; y que, en cuanto al derecho, alguna que otra vez debe confiar en el que tú le invocas.
Tolera: tolera la verdad ajena en la misma medida en que quieres que sea tolerada la tuya.
Ten paciencia: en el derecho, el tiempo se venga de las cosas que se hacen sin su colaboración.
Ten fe: ten fe en el derecho, como el mejor instrumento para la convivencia humana; en la justicia, como destino normal del derecho; en la paz, como sustitutivo bondadoso de la justicia. Y sobre todo, ten fe en la libertad, sin la cual no hay derecho, ni justicia ni paz.
Olvida: la abogacía es una lucha de pasiones. Si en cada batalla fueras cargando tu alma de rencor, llegará un día en que la vida será imposible para ti. Concluido el combate, olvida tan pronto tu victoria como tu derrota.
Ama tu profesión: trata de considerar la abogacía de tal manera, que el día en que tu hijo te pida consejo sobre su destino, consideres un honor para ti, proponerle que se haga abogado.
La profesión de abogado requiere vocación y una elevada capacidad de trabajo y sacrificio, pero a cambio, ofrece unas claras ventajas profesionales: a) Es una profesión de gran prestigio y Socialmente respetada. Su labor como defensores de los derechos e intereses es clave para la vida en sociedad. b) Al tratarse de una profesión que requiere compromiso vocacional y de servicio público, otra de las ventajas que ofrece es la recompensa emocional de servir de ayuda a las personas con los distintos problemas que puedan surgir. c) Además, es una profesión que ofrece amplias posibilidades de inserción laboral. Un abogado puede desempeñar su trabajo de forma independiente, creando su propia firma, o como parte de otro despacho. También cabe trabajar para el sector privado, como parte del equipo jurídico de una empresa, o para el sector público en alguno de los cuerpos jurídicos de la Administración. d) Otra ventaja es que la remuneración de los abogados suele ser elevada, aunque varía en función del ámbito en que trabajen, y la progresión laboral garantiza que el salario aumente a medida que se gana experiencia y prestigio. e) Para ejercer como abogado es necesario también potenciar las habilidades de comunicación y la capacidad de negociación, dos de las muchas herramientas que esta profesión ayudará a desarrollar y que serán también muy útiles fuera del ámbito profesional.
ESFUERZO Y VOCACIÓN.- Como en cualquier otra profesión, el camino no será siempre fácil y gratificante, los estudios primordiales para ejercer como abogado, son estudios intensos y que requieren un gran esfuerzo y sacrificio de tiempo personal. Además, al tratarse de una profesión sujeta a eventuales cambios normativos, un abogado nunca deja de formarse a lo largo de su vida laboral.
LIDIAR CON EL ESTRÉS.- Por otra parte, durante su etapa laboral, el abogado tendrá que lidiar con el estrés, la frustración de no lograr que los casos salgan adelante como esperaba, o con jornadas de trabajo que se alargan más allá de los horarios establecidos en la empresa por la necesidad de cumplir plazos legales o por alto volumen de trabajo.
Se trata, por tanto, de una profesión con salidas y remuneraciones atractivas, pero que requiere esfuerzo, constancia y una gestión adecuada del estrés para tener éxito en un mercado altamente competitivo.
Después de analizar este artículo tengo la certeza de aceptar la Presidencia de la República para hacer conocer a este tipo de profesiones que gozamos los ciudadanos.
Me despido con una pildorita, lo dijo Stanisław Jerzy Lec “Todos somos iguales ante la ley, pero no ante los encargados de aplicarla!”
“Cada vez que cumplimos reglas prohibitivas, las legitimamos. A través de lo prohibido nos controlan. No importa que algunos no cumplan las leyes porque ya tienen a un grupo obediente que les da el poder.”
FELIZ DIA DEL ABOGADO
Continuará…
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Ab. Frank Editson Castillo Ramírez
ABOGADO LITIGANTE.
Mat. 11-2011-128-C.P.J.L
Estudio Jurídico Castillo
Cel. 0983592030
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